Apuntando hacia mi propio norte




No son casualidades. 

No fue casualidad que me perdiera en lo intenso.
Que me gustara reír fuerte
Llorar fuerte
Enfadarme fuerte 
Correrme fuerte
Quemar el mundo cuando se me cruza.
Cruzarme y tropezar 
Con el que trae agua cuando todo está en llamas.

No fue casualidad.
Arrepentirme de hacer las cosas sin pensarlas.
Arrepentirme de pensármelas dos veces y no hacerlas.
Arrepentirme. 
De pensar.
De no hacerlo.
Arrepentirme de arrepentirme.
Y de no.
No fue casualidad deshacerme y perderme horas en partituras 
Que me enseñaran a colorear las canciones
No tener nunca suficiente
Siempre más música.
Volcarse, derramarse
Lo que requiera litros de sangre y tripas
Arte, sin más. 

Nunca fue casualidad 
Oír un saxo y temblar por dentro
Que escuche vibrar una guitarra y me convierta en polilla.
Ni bailar 
durante horas 
con los ojos cerrados
Hasta que duele.
Juro que no es casualidad ser tan pequeña y beber tanto
Ni beber tanto que me haga tan grande y tan pequeña.
Querer curiosear con todo
Pero que la única adicción que haya tenido en la vida sea la puta intensidad,
Que 
(juro)
Eso sí que mata.
Que el orgullo haya ganado batallas compartidas.
Individuales.
Prestadas.
Robadas.
Y que la orden de alejamiento sea tan flexible como la del "nunca más".

Casualidad, ni de coña.
A veces dudar,
Pero quererme. 
Ser más de morder que de ladrar.
Querer al que me quiere y me provocó primaveras.
Temer al que fue capaz de helar sobre las flores que él mismo había sembrado.
Ser tormenta y huracán 
Pero quererme. 
En voz alta y a los cuatro vientos.
Y querer al que me quiere.
Siempre
Siempre
Siempre
A mi manera.

No es casualidad.
Sentir como voy empequeñeciendo cuando paso tiempo lejos del agua salada.
Y callármelo más de lo que siento. 
La jodienda de tener trozos de mí repartidos por todo el puto mapa.
Que cada vez crea más firmemente
en que lo más bonito de este mundo
Sea mi madre.
Y que la libertad tenga un precio tan alto.

Causalidad sí.
Eso que dicen todos de labrar,
De recoger lo que uno siembra.
¿Para qué engañarme?
Siento que estoy a años luz de mi mejor versión.
Pero me descubro y no paro de sorprenderme 
Y la verdad 
Creo que la dirección y el caminar en círculos 
o zigzaguear 
No importa.
Sobre todo cuando el paisaje es increíble
Y la compañía,
lejos de restar
Te pide que le tararees tu canción favorita.

x

SIGA LEYENDO