Sinceridad de mierda

(Trago al gintónic.)

"Desi. BASTA. Estoy harta de escuchar las chorradas que sueltas auto-excusándote. Yo sé lo que necesitas, no me cuentes historias. A tu edad era igual que tú y también me infravaloraba. Lo que necesitas y debes exigirte siempre es, sí, vale, un puto loco, si es lo que te gusta. Pero con las cosas claras (que los hay). Que un día se levante, se plante a tres centímetros de tu cara y que te diga con los ojos bien abiertos que contigo todo es mejor. JODER. ¿Por qué siempre ese conformismo emocional tan pobre? ¿Por qué ese afán de ser las mamis de niños perdidos?
Sacas la balanza y si la cosa no compensa pues media vuelta, mujer. Y sin peros. PERO, PERO. Elimina ya esa palabra, que es horrible. No hace más que ponerte límites. Espabila."


Salí de allí pensando en mil mundos. Conforme fui acercándome a casa, el eco de esa simbólica hostia empezó a agitarse, y no dejó de rebotar entre mis dos huesos temporales al ritmo de mis pasos. 


Quedan 4 días. Tirito en la playa a 35 grados a la sombra. Realmente no sé qué coño hacer, si escuchar a la cabra o a la balanza. ¿Es masoquismo querer tirarse a una piscina que ves que está vacía, sólo por el hecho de saborear la intensidad del medio segundo de estar cayendo?

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Híbrida

No siempre mostrar dientes significó morder.
Acaricia mis aullidos
Bésalos
y te juro que alargaré mi luna llena
hasta que de un vuelco
acabe completamente vacía.

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