Ella le miraba como quien mira a un precipicio.
Nunca supo si él la veía como a un camino o a un refugio.
Y un olor a tierra mojada y a roca fría se fue colando por las ventanas hasta invadir su cama, sus cajones, su vida.
Y miró fuera.
Y vio el final del precipicio.
Pero él, no estaba.
Vértigo
Tecleado por Desi Drina el lunes, octubre 06, 2014 0 Caricias (o arañazos)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)